miércoles, 1 de septiembre de 2010

¿Verano?

Se me ponen los pies de punta al pensar en el verano: acalorado, vagueante, atrevido…

Pero últimamente se me encrespan las pestañas, y es que ya el verano ha cambiado su cara. ¿Por qué ya no es el que era? ¿Tal vez he perdido su amistad? ¿Debería haberme ido a tomar algún que otro café con el? ¿O ha sido por mi despiste esporádico de llamadas no contestadas? este verano… se ha vuelto loco.


Mira que pasé tardes a su lado, en mi rincón favorito, oliendo sus flores, y sentada en aquel portal, pero ¿Por qué la gente retrocede en el tiempo? Ya sabia que no era un reloj normal, no daba las horas como el resto de relojes, y era eso, simplemente eso, conseguía que la gente rejuveneciese, claro, todos menos yo. ¿Y ahora que hago? Ya no quiero ir a la piscina, ni escuchar bob esponja, solo quiero saber de cifras y números primos. Teorizar acerca del amor, echarme colorete en mis ratos libres e intentar capturar cada minuto académico que aun he de pasar.


Tal vez, el verano este jugando al escondite conmigo, y lo único que esta haciendo es disfrazarse de otoño, la verdad es que estaría muy bien veranizar las caídas de las hojas, o la vuelta al cole del corte inglés que cada año como freddy cruger vestido con los descuentos de corticoles me erizan mis uñas rosa fucsia.


Una vez, conocí un holograma, la verdad es que todo fue muy casual y azaroso, (esas cosas ya sabes que me gustan), me agarraba de la cintura mientras alocadamente le recitaba mis rencores infantiles. La verdad es que caminábamos sospechosamente despacio, si hubiera sido por mi… ya sabes, que no aguanto tomar una piruleta sin tener que morderla, soy así, y tal vez ese es mi fallo, que caminar por el lado izquierdo de la gente no resulta correcto a todas las edades. No aguanto las repeticiones, cuando mi vida es un bucle, me tiro de los pelos, y salgo corriendo.


Y otra vez, volví a huir, dentro de esta pequeña ciudad, resguardada debajo de un cojin azul y una dalia roja. Pero asomándome de vez en cuando para no chocarme, y claro está, apretando cada vez que podía las luces de mi reloj, y encriptando todos mis enigmas, para volver como siempre, a buscar debajo de los fotomatones, porque se que no puedo llegar a ser la niña de azul, aunque este predestinado a ello.


Y aunque ya no me guste hacer el adolescente por las calles, me muero porque vuelvas a verme, Verano, he perdido tu número y no se como llamarte. Se que antes lo hacíamos por un código, pero aunque no lo he descubierto hasta hoy, me han dicho que no se escuchar. A lo mejor me dejaste algún mensaje, y yo no lo escuché. Ya no quedamos en aquel portal y no se como contactar contigo, solo quiero decirte, que las pirañas robamigos andan sueltas desesperadamente y te arrancan el corazón cuando menos te lo esperas, así que para curarme de ello, he decidido hacerme actriz y del atleti.


Y es que quien pasa calor con Verano es porque quiere, porque dentro de una misma se está muy fresquito.

4 comentarios:

  1. Precioso Marta...yo también echo de menos al verano. Un besito

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  2. Se te va la pinza...si es que eres una bohemia de la ostia...lo mejor sin duda la foto...bueno, perdona, la ilustracion...que sugerente.

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