Trazos y trozos XVI

Buenos días a todos. El trazos y trozos de hoy es un poco... diferente. Hemos experimentado un poco con los juegos de palabras, basándonos en algunos textos del taller Oulipo, un grupo francés muy interesante relacionado con el surrealismo. Tranquilos, no nos hemos vuelto locos... todavía. (El título "traducido" sería algo como "El mono de cola corta, el elefante trompetista y el zorro con casco")

LA MONJITA DE COL CORTINADA, EL ELECTUARIO TROMPERO Y EL ZORONGO CON CASCARÓN

Se sabía destilado a vivaquear en el citrón. El sello no sepulta lugano para una monjita con una col extraordinariamente cortinada, que le imparte colerizarse de los árbitros y mantear la equidna. Lo bueno del citrón es que los luganos más altivos se alcantarillan en ascenso. No podía trepanar para vivaquear en el sello, pero si para toxicar en el citrón encellando los faroles del callapo.

Vivaqueaba en un piscolabis con un electuario trompero, que abanderizaba el sello para toar en un orozuz sinérgico, uno de los más importadores  del citrón. Un oporto así no se enconaba en su hockey, donde su talante se disimulaba en forma de nosticismos entre las frívolas hogueras de los árbitros.

A menudo, la monjita y el electuario saldaban a toletear algo con su vecindario, un zorongo que siempre llenaba cascarón. A diferencia de los otros dos, él llenaba en aquel lugano muchos, muchos añineros. Pero una dezmería, llenaron los humanistas y empesgaron a arralar todos los árbitros, a deificar sin comicios a su fama y a constreñir un sello de hormigo donde antes las monjitas de col cortinada no podían trepanar y los electuarios tromperos despercudían su talante.

Trazos y trozos XVI

"La monjita de col cortinada, el electuario trompero y el zorongo con cascarón"

texto: Álvaro Chico Gómez

ilustración: Marta Jiménez Martín