Trazos y trozos XLII

Porque los domingos ya no son domingos si no hay un trazos y trozos que ver y leer. Aquí está nuestra nueva aportación. Espero que os guste!

JAQUE MATE

En un escaque muy, muy lejano, al otro lado del tablero, vivía un rey extremadamente cobarde. Si salía a pasear, lo hacía dando pasitos muy cortos. Daba un pasito, y hasta que no veía moverse a alguno de sus enemigos, no daba otro paso más. Era tan cobarde que tenía a todo un ejército protegiéndole. Entre dos fuertes torreones, a su merced estaba la caballería del reino, y la más numerosa infantería jamás imaginada, dispuesta ante él.

Se casó este rey con la más valiente reina que pisó aquel imperio. Siempre dispuesta a recorrer grandes distancias, cualquiera que fuese la dirección, para derrotar al enemigo y conquistar nuevos territorios.

Una mañana salió la reina a la batalla, acompañada de su fiel alfil y su más gallardo corcel, que seguía su senda diagonal como podía, zigzagueando en elegantes eles. Lejos de la batalla, se vio el rey desprotegido, y se escondió cobarde tras las rocas del torreón.

Las misivas que hasta allí llegaban eran esperanzadoras. Su reina había acabado con la poderosa reina enemiga, en una estrategia audaz, y sus filas estaban cada vez más diezmadas. La victoria era inminente.

Ajeno a todo, un peón enemigo avanzaba hacia el escondite del rey, con paso firme, pero lento. Grácil, sutil, pasando inadvertido infravalorado por todos. Sus movimientos eran previsibles, seguía un camino recto que no le conducía a ninguna parte.

Las tropas del rey pronto alzaron el grito de “Jaque”, previo a una victoriosa conquista. Pero cuando nadie lo esperaba, el discreto peón varió su rumbo, atacando al torreón en diagonal, su flanco más débil, y dejando desprotegido al rey.

Y allí, en la última fila del reino, el peón se quitó su disfraz, y emergió la poderosa reina enemiga, a quien todos daban por muerta. Sola ante un rey indefenso.

Y he aquí la paradoja de esta historia: el rey jamás muere, solo queda… inutilizado.

Trazos y trozos XLII

"Jaque mate"

texto: Álvaro Chico Gómez

ilustración: Marta Jiménez Martín